En general los muebles son buenos y pacientes, han visto muchas cosas y saben de qué va la historia, pero a veces son algo pérfidos, como aquél. Por ejemplo, mi padre sabía estas cosas y sentía celos de ciertos muebles, sobre todo de uno que quemó; sabía que nos entendíamos, me decía: "ay de ti si..!".
¿Sabes que las ratas no me huyen? Pues sí, ¿Acaso no soy casi un de ellas? [...] Yo hablo con ellas, y a su manera me contestan.
Tommaso Landolfi
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